Araceli Silva Pontevedra
El frío y la lluvia no impidieron que los vecinos de Barro se manifestaran ayer por la carretera nacional 550 entre Pontevedra y Santiago para pedir que se instalen mecanismos de seguridad vial en este trazado a su paso por San Antoniño. La marcha partió de la casa consistorial a las 17.10 horas y se prolongó durante algo más de media hora. Los residentes allí congregados recorrieron un tramo de unos 300 metros entre el Concello y la Finca da Crega, presididos por una pancarta en la que rezaba: “Queremos atravesar sen ter que lamentar”.
Varios agentes de la Guardia Civil dieron paso alternativo a los vehículos, aunque no se produjeron retenciones significativas debido a la escasa afluencia de automóviles. El mal tiempo provocó que el mercadillo que todos los domingos se celebra en el entorno de la Finca da Crega, y que a menudo causa importantes atascos en la carretera general, se suspendiera. De esta manera, no se registraron graves problemas de circulación, aunque sí retenciones puntuales
Durante el trayecto los manifestantes ocuparon el carril derecho de la calzada y entonaron varios cánticos : “Polos nosos fillos, polos nosos pais, queremos atravesar sen ter que lamentar”, “pasos de peóns xa” y “máis seguridade e menos multar”.
El colectivo que promovió la protesta, la ANPA del colegio Público Amor Ruibal, contó con el apoyo del alcalde, José Landín Eirín, así como de los portavoces locales del BNG y de otros representantes de la corporación municipal. La de ayer era la segunda concentración organizada para reclamar más seguridad vial en el centro urbano del municipio y según apuntó la portavoz de la ANPA, Jacqueline Seijo, seguramente no sea la última. “Oxalá non haxa que facer máis mobilizacións porque iso querería dicir que o Ministerio de Fomento atendeu as nosas solicitudes, pero se non é así seguiremos protestando”, explicó, al tiempo que añadió que la idea es organizar manifestaciones diferentes días de la semana y a diferentes horas “para que todo o mundo poida participar, porque ó fin e ó cabo este é un problema que afecta a todos os habitantes do municipio”.
La lucha que mantienen los vecinos de Barro se remonta al mes de octubre del año pasado, cuando enviaron un comunicado a Fomento en el que solicitaban distintas medidas que garanticen la seguridad vial como pasos de peatones, semáforos y mecanismos que frenen la velocidad de los automóviles, así como la habilitación de aceras y una señalización adecuada. “Temos observado que outros centros urbanos bastante máis pequenos contan con estes elementos, entón non entendemos por que se negan a instalalos aquí”, manifestó Jacqueline Seijo, quien además puso de manifiesto que la carretera general, a su paso por San Antoniño, es una zona especialmente conflictiva en la que se han producido diversos accidentes. “Hai que ter en conta que nesta zona estase urbanizando moito e, sen embargo, non se garante a seguridade peonil. Esta estrada é moi transitada, xa que dun lado atópase a farmacia e do outro o centro médico e a diario moita xente maior vese obrigada a cruzala con serias dificultades”, añadió Seijo.
Por su parte, el Concello presentó en abril de 2008 un proyecto para esta zona que incluía la construcción de 3 glorietas y 4 pasos de peatones regulados por semáforos. Sin embargo, el ministerio no dio el visto bueno a la propuesta alegando que las glorietas no son aconsejables en puntos con pendiente elevada.
Los manifestantes, durante su marcha por la carretera en San Antoniño. // Noé Parga