Cerca de medio centenar de vecinos de Barro hicieron frente ayer por la
tarde a las malas condiciones climatológicas y acudieron a la concentración convocada por el A.N.P.A. del colegio Amor Ruibal. A la cita celebrada delante del edificio del Concello acudieron, entre otros, representantes municipales y de los distintos partidos políticos.
Isabel Outón, vicepresidente de la asociación que organizó la protesta, subrayó ayer que su objetivo es que se dote de pasos de cebra y de semáforos «que regulen el tráfico» por la N-550 a su paso por el municipio. En este sentido, lamentó que el actual límite de velocidad de cincuenta kilómetros por hora no sirve de mucho, toda vez que los conductores hacen caso omiso del mismo.
Asimismo, insistió que, a día de hoy, «no hay por donde cruzar», una situación que se vuelve todo un peligro si se tiene en cuenta que a ambos lados de la carretera hay un colegio, una farmacia, un centro de salud o, incluso, la propio casa consistorial de Barro. «Es un riesgo y a veces te tiras más de media hora esperando a que dejen de pasar coches de un lado y de otro para poder cruzar la carretera», lamentó Isabel Outón, quien añadió que «ni esperando este tiempo tienes seguridad».
En este punto, la vicepresidente del A.N.P.A. del colegio Amor Ruibal, advirtió que la situación se agrava en jornadas como las vividas en la comarca en los últimos días. Y es que «cuando llueve es una tortura para nosotros, porque los conductores ya ni ven», recalcó.
En cualquier caso, el colectivo ya ha anunciado que este tipo de
concentraciones se repetirán en próximas fechas, así como que su intención es mantenerlas hasta que consigan hacer realidad sus reivindicaciones.