Los vecinos vuelven a la calle con una marcha fúnebre por la PO-531

No dieron detalles pero anunciaron que su vuelta a las protestas sería «espectacular». Y así fue. Afectados por el proyecto de ampliación de la PO-531 que enlaza Pontevedra con Vilagarcía partieron ayer, sobre las ocho y media de la tarde, en comitiva fúnebre desde la iglesia de Curro, en Barro.

La movilización fue, según la plataforma, la más numerosa de las celebradas y fue secundada por más de quinientas personas. Además de vecinos de varias parroquias de Pontevedra y Barro, se sumaron en esta ocasión otros de Meis y Portas. Aunque no estaba previsto, algunos integrantes volvieron a cortar al tráfico la carretera, lo que provocó importantes atascos y enfadó al portavoz, Manuel Corredoira.

Las consignas eran claras. Para la marcha a pie entre Curro y el bar Parada los participantes irían vestidos de negro. Los residentes de cada parroquia portaron un féretro con el nombre y coronas. La puesta en escena, que sorprendió a los conductores, se completó con cirios encendidos. Tampoco faltó la Santa Compaña. Las casas que salpican el recorrido apagaron sus luces y colocaron velas en las ventanas para contribuir a escenificar el mensaje.

Corredoira dijo que el objetivo de la protesta es exigir a Política Territorial información sobre el nuevo proyecto de la PO-531. A esa petición se suma la preocupación por los problemas de enlace con la AP-9 que plantea el nudo de Curro. Los afectados dicen que tal y como está diseñado obligará a que una parte del tráfico pase por el medio de la población. «Se as cousas se fan mal os pobos morren, iso é o que quixemos significar. O nudo de Curro é unha barbaridade e os alcaldes da zona están de acordo con nós», añadió. El regidor de Barro, José Antonio Landín, asistió ayer a la marcha.

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