La reforma de la carretera de Porráns a Moraña ya resta tráfico a Caldas

La conselleira de Política Territorial, María José Caride, inauguró ayer la reforma del primer tramo de la carretera PO-226, que enlaza Porráns (Barro) con el núcleo de Santa Lucía (Moraña). En el acondicionamiento de esta vía -de titularidad autonómica desde el 2001- el departamento de la Xunta invirtió 4,5 millones de euros.

Los trabajos de mejora de estos 6,9 kilómetros supusieron la construcción de nuevos trechos en variante que suman 2.380 metros repartidos entre Santa Margarida, Barosela, A Búa, Triabá y Barro. A esta eliminación de curvas y travesías hay que sumar el ensanche de la carretera hasta los 9 metros, repartidos en dos carriles de 3,5 metros y dos arcenes de un metro.

Aunque sin citarlo expresamente, Caride aludió a una de las carencias de la nueva carretera, reclamada por el alcalde de Barro, el popular José Antonio Landín, y también por el PP de Moraña: la construcción de paradas de autobús seguras. En este sentido, la conselleira anunció que se está estudiando habilitar paradas de autocar separadas del tronco de la vía que garanticen la seguridad de los usuarios del transporte público: «Pero iso non estaba contemplado no proxecto e hai que facer un novo coas súas expropiacións».

Política Territorial incorporó en algunas zonas de la PO-226 la doble bionda o valla de protección, una medida de seguridad para los motoristas instalada en puntos donde la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico es «elevada». Estos sistemas los recomienda la Dirección General de Carreteras según unos criterios fijados en una orden del Ministerio de Fomento del año 2004.

El arreglo del vial, por el que se puede circular a una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora -con limitaciones de 70 y de 50 en algunas zonas-, era una vieja demanda a la que se refirió el alcalde de Moraña, el socialista José Eiras. De hecho, su mejora ya se deja sentir indirectamente en el vecino concello de Caldas. Muchos vecinos de Cuntis y de A Estrada usan la PO-226 como atajo para evitar las retenciones que a diario se producen en la villa termal.

El regidor de Moraña aludió a la marginación que durante décadas sufrió su municipio y recordó que, tras la transformación económica que experimentó la localidad en los últimos cinco años gracias a la construcción de los polígonos industriales de Afieiras y Mirallos, las infraestructuras viarias son una demanda constante de los empresarios. Como ejemplo citó al gerente de Celtic Estores y Vertifil Industrial, Casián García, que en más de una ocasión se quejó de las dificultades que tenían los camiones para acceder a sus fábricas.

«Moraña empeza a terminar co seu aillamento. Agora quedan as saídas de Cuntis e de Caldas, que están moi mal. Sobre todo a de Caldas, que é o noso enlace coa AP-9 e unha vía pola que van os morañeses para ir ao PAC, ao xulgado ou á notaría», dijo José Eiras, que aprovechó la presencia de Caride «para que nos bote unha man nesas estradas».

Deixar un comentario